Introducción
Dibujar puede parecer difícil o fácil. Nosotros le diremos que, sobre todo, es una cuestión de trabajo, de práctica. Y esto depende sólo de su voluntad. Ser un artista con talento es una cuestión que no debe preocuparle. Sólo debe intentar una cosa: llegar a dominar el lápiz, la pluma, el pincel, el color... Esto no es difícil. Es lo mismo, que aprender a hacer una mesa, saber manejar con maestría la lima o hacer cazuelas de barro. Es cuestión de manos, de oficio. El oficio se adquiere en dos etapas:
1) Aprendiendo cómo se hacen las cosas.
2) Haciéndolas.
Nosotros le explicamos a lo largo de estos cursos de dibujo, cómo se hacen las cosas: cómo se coge un pincel; un lápiz, una pluma, cómo se las hace correr sobre el papel, cómo se consiguen trazos limpios, sombras, etc. Y le proponemos una serie de prácticas para iniciarse en las distintas técnicas del dibujo. Le aconsejamos que las realice al pie de la letra.
Le explicamos también cómo se utilizan las distintas técnicas artísticas, las posibilidades de cada una de ellas, lo que usted puede lograr con cada una de ellas: cómo se dibuja un conjunto, las distintas fases que han de seguirse, los puntos que han de considerarse, etc. Siga estas enseñanzas de una manera activa, es decir, haciendo lo que se enseña. Después practique por su cuenta, practique mucho.
Esta práctica será la que haga que un día se encuentre con que sabe una cosa más: dibujar lo que desea, o para ser más exactos: lograr dibujar cualquier cosa que usted se proponga.
Le recomendamos, pues, dos cosas:
1. Atención detenida a nuestras explicaciones.
2. Realización de las prácticas que le recomendamos.
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